Desde el punto de la vista de la Retórica, Aristóteles distingue tres géneros: el deliberativo, el judicial y el epidíctico. El deliberativo se manifiesta en el discurso del político, quien se dirige a la asamblea. El tiempo esencial, en este caso, es el futuro (las propuestas del político se materializarán en los días venideros); existen dos conceptos que se asocian con dicho género: el consejo y la disuasión. Un líder puede aconsejar acerca de ciertas acciones que se pudieran realizar o, en el caso contrario, disuadir a la masa respecto de algunos actos que, para él, son absolutamente impertinentes.
El género judicial se revela en la oratoria del abogado, quien se dirige a los jueces. Aquí el tiempo fundamental es el pasado porque el abogado cuenta los hechos que ya sucedieron con el fin de elaborar las pruebas técnicas; aquí hay dos nociones medulares: la acusación y la defensa. El fiscal acusa; el abogador defensor, por el contrario, argumenta a favor de su patrocinado.
El género epidíctico está representado por el orador que habla para los espectadores. El tiempo más importante es el presente aunque se puede emplear el pasado o el futuro. Los tipos discursivos literarios se asocian con este género. Los dos conceptos básicos son el elogio y la censura. Por ejemplo, Apología de don Luis de Góngora y Argote de Juan Espinoza Medrano se sitúa aquí. Algunas partes de Canto general de Neruda poseen un claro tono de diatriba política.
El género judicial se revela en la oratoria del abogado, quien se dirige a los jueces. Aquí el tiempo fundamental es el pasado porque el abogado cuenta los hechos que ya sucedieron con el fin de elaborar las pruebas técnicas; aquí hay dos nociones medulares: la acusación y la defensa. El fiscal acusa; el abogador defensor, por el contrario, argumenta a favor de su patrocinado.
El género epidíctico está representado por el orador que habla para los espectadores. El tiempo más importante es el presente aunque se puede emplear el pasado o el futuro. Los tipos discursivos literarios se asocian con este género. Los dos conceptos básicos son el elogio y la censura. Por ejemplo, Apología de don Luis de Góngora y Argote de Juan Espinoza Medrano se sitúa aquí. Algunas partes de Canto general de Neruda poseen un claro tono de diatriba política.
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